Noventiq: Gestión Empresarial y Humanidad en la era de la inteligencia artificial

El arte de la gestión siempre se ha considerado una piedra angular en la arquitectura de las empresas de éxito. En el fondo, pienso -y actúo de acuerdo con esta creencia- que la gestión no sólo tiene que ver con estrategias, objetivos y procesos, sino profundamente con las personas, esos empleados que impulsan el motor de una empresa de éxito

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Para dominar realmente el arte de la gestión y el liderazgo, mi principio más importante es garantizar que cada conexión humana cuente y tenga valor. Esto es especialmente vital en una era dominada por la Inteligencia Artificial en la que la Inteligencia Humana, sin duda, sigue siendo el factor decisivo para alcanzar el éxito. 

En el corazón de cualquier organización están los miembros de su equipo. Como líderes, nuestra capacidad para forjar conexiones personales con los empleados es crucial a la hora de alimentar una cultura de confianza, motivación y compromiso. Asumimos una enorme responsabilidad hacia nuestra gente, actuando como mentores a diario mientras permanecemos abiertos a aprender de sus ideas, retos y aspiraciones. Un principio que comparto constantemente, tanto con mis hijos, compañeros de trabajo o amigos que buscan consejo, es la importancia de rodearse de personas que poseen la experiencia de la que nosotros carecemos. El verdadero objetivo de un CEO, en mi opinión, es encarnar la humildad, garantizando que cada miembro de la organización pueda alcanzar su pleno potencial y sentirse satisfecho con su trabajo. Es en estas condiciones cuando cualquier organización puede prosperar de verdad. 

Esto me lleva de nuevo al importante punto de establecer conexiones personales con los equipos. Es cierto que en una compañía que emplea a 6.400 personas en 60 países diferentes, hace que sea algo más complicada la tarea de llegar a conocer a todo el mundo personalmente, pero creo que siempre tiene que ser una prioridad. Siempre que viajo me pongo como objetivo conocer a gente con la que nunca he hablado antes, para escuchar sus ideas, preocupaciones y expectativas. El enfoque de la gestión implica animar a los colaboradores directos -y a sus colaboradores directos- a hacer lo mismo: sentarse con personas del trabajo con los que no suelen interactuar, conocer sus tareas diarias, sus dificultades y sus planes. 

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El compromiso personal impulsa el éxito de la organización 

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Esta conexión entre buenas prácticas de gestión y éxito empresarial no es sólo teórica: es algo que he visto en acción y en lo que creo firmemente. al reflexionar sobre cómo el compromiso con la interacción personal desempeña un papel crucial en la mejora del rendimiento global, he apuntado unos cuantos beneficios que, en mi opinión, ayudan al crecimiento y bienestar de las empresas: 

  • Mejora de la comunicación: Las reuniones individuales garantizan que todo el mundo entienda tanto las expectativas de la dirección como las preocupaciones de los empleados, lo que allana el camino para una resolución de problemas y una toma de decisiones más eficaces.  
  • Mayor compromiso: Hay una simple verdad que he observado: cuando los empleados se sienten realmente valorados y comprendidos, su compromiso se dispara. Y con un mayor compromiso aumenta la productividad y la lealtad. 
  • Fomentar la innovación y la creatividad: No es nuevo decir que la creatividad prospera en entornos en los que las personas se sienten cómodas y valoradas, por eso es crucial esa preocupación por las conexiones personales.   
  • Fomentar la retención de los empleados: Reconocer a las personas y abordar sus preocupaciones personalmente puede aumentar significativamente la satisfacción y la lealtad en el trabajo, lo que a su vez nos ayuda a retener a nuestro talentoso equipo. 
  • Mejorar la satisfacción del cliente: También considero que el bienestar de nuestros empleados se refleja en cómo tratan a nuestros clientes. Un empleado que recibe apoyo tiene más probabilidades de prestar un servicio excepcional, lo que influye directamente en nuestro crecimiento y éxito como empresa y, naturalmente, en la satisfacción del cliente.  

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Por Hervé Tessler, CEO de Noventiq