Es ampliamente reconocido que la higiene de manos desempeña un papel fundamental en la prevención de la transmisión, entre las personas, de microorganismos patógenos que pueden provocar infecciones y enfermedades (CDC, 2020). Mantener las manos limpias ayuda a las personas a evitar enfermarse en una amplia variedad de entornos comunitarios y comerciales.
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La literatura que evalúa si lavarse las manos con agua y jabón, lavarse las manos con un jabón de manos antimicrobiano o lavarse las manos con jabón de manos seguido del uso de un desinfectante para manos a base de alcohol, proporciona mejores resultados de salud es compleja, lo que dificulta el uso de la literatura técnica para desarrollar los protocolos de higiene de manos para establecimientos comerciales. Este documento revisa la evidencia clave sobre la higiene de manos y las recomendaciones de Diversey para la misma en entornos comerciales de bajo, mediano y alto riesgo como establecimientos comerciales de alimentos o atención médica.
Existe un debate de larga data sobre si el uso de jabones antibacterianos para manos brinda algún beneficio adicional al que brinda lavarse las manos con un jabón de uso general. En un artículo de revisión de 30 estudios realizados en entornos comunitarios, Aiello (2008) concluyó que el jabón antibacteriano brindaba pocos beneficios adicionales en comparación con el uso de jabón de manos de uso general. Por el contrario, Montville (2011) realizó una revisión sistemática de estudios que compararon directamente el jabón de manos de uso general con el jabón de manos antibacteriano. En los 25 estudios revisados, Montville (2011) encontró una reducción bacteriana adicional de ~0,5 log CFU con jabones antibacterianos para manos en comparación con los jabones de uso general. En estudios en los que se añadieron intencionalmente bacterias a las manos antes de lavarlas, la diferencia fue mucho mayor con una reducción adicional de ~2,0 log CFU (Montville, 2011).
Los autores concluyeron que el jabón antimicrobiano fue consistente y (estadísticamente) significativamente más efectivo que el jabón de uso general y que el beneficio en la reducción de bacterias del uso de jabones antibacterianos estaba directamente relacionado con la cantidad de bacterias en las manos. El uso de jabón de manos antibacteriano que cumpla con las normas europeas EN1499 (desinfectantes químicos y antisépticos – Lavado de manos higiénico) puede aumentar aún más la confianza en la eficacia del jabón de manos. Esta norma europea especifica un método de ensayo que simula condiciones prácticas para establecer si un producto para el lavado higiénico de manos reduce la liberación de flora microbiana transitoria en las manos cuando se utiliza para lavar las manos contaminadas artificialmente de voluntarios.
Una consideración en el lavado de manos es la delicadeza con la piel. El proceso de lavado de manos puede eliminar el agua de la piel, secando la piel y aumentando el riesgo de dermatitis. Los estudios sobre el lavado de manos han demostrado que la inmersión en agua, la fricción al frotarse las manos y el secado de las manos pueden contribuir a la pérdida de agua de la piel (Behroozy, 2014). Cuando los fabricantes desarrollan productos para el cuidado de las manos, existen pruebas estandarizadas que se pueden realizar para determinar el impacto probable de la higiene frecuente de las manos en la piel. La más común, la prueba de pérdida de agua transepidérmica (TEWL), mide la velocidad a la que se elimina el agua de la piel, reduciendo la función de barrera de la piel.
Las instalaciones comerciales pueden abordar el riesgo de irritación de la piel realizando pruebas antes de introducir nuevos productos para el cuidado de las manos para ver qué impacto tienen en la salud de las manos y para evaluar factores como la eficacia general y la aceptación por parte del personal. Los fabricantes de productos para el cuidado de las manos deben poder proporcionar pruebas TEWL u otros datos similares para demostrar que sus productos para el cuidado de las manos no causarán dermatitis antes de realizar los ensayos.
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Enfoque basado en el riesgo de Diversey para las prácticas de higiene de manos en instalaciones comerciales
De acuerdo con las pautas de los CDC, la OMS y la FDA discutidas anteriormente, Diversey promueve un enfoque basado en el riesgo para determinar las prácticas de higiene de manos para las instalaciones comerciales. No se esperaría que el personal que participa en actividades de bajo riesgo siga las mismas prácticas de higiene de manos que los empleados que realizan actividades de alto riesgo. Se debe determinar qué prácticas de higiene de manos son apropiadas para una instalación comercial como parte del programa continuo de evaluación de riesgos e higiene ambiental de una instalación.
Las recomendaciones estándar de higiene de manos de Diversey incluyen las siguientes:
- Actividades de bajo riesgo. Las actividades de bajo riesgo incluyen tareas generales que no están asociadas con un riesgo elevado de transmisión de patógenos. Esto podría incluir conducir un vehículo, reparar equipos, realizar tareas informáticas en computadoras individuales y acomodar a los clientes en un restaurante.
- Los empleados que participen en actividades de bajo riesgo deben realizar la higiene de manos según sea necesario con agua y jabón de uso general o ABHR.
2. Actividades de riesgo medio. Las actividades de riesgo medio incluyen tareas que están asociadas con un riesgo elevado de transmisión de patógenos. Esto podría incluir trabajos que impliquen el contacto manual con otras personas, el manejo de dinero y el uso de equipos compartidos en una oficina.
Los empleados que participen en actividades de riesgo medio deben lavarse las manos en intervalos regulares con agua y jabón antibacterial o de uso general o ABHR si las manos pueden estar contaminadas, pero no están visiblemente sucias.
3. Actividades de alto riesgo. Las actividades de alto riesgo incluyen tareas asociadas con un riesgo significativamente elevado de transmisión de patógenos. Esto podría incluir la preparación de alimentos y el trabajo en centros de atención médica con contacto con pacientes.
Por lo general, se prefiere realizar la higiene de manos con ABHR en lugar de lavarse las manos, a menos que las manos estén visiblemente sucias o si es probable que haya presencia de ciertos patógenos resistentes a ABHR y jabón de manos antibacteriano, como Clostridioides difficile.
Se prefiere el uso de jabón de manos antibacteriano al jabón de manos de uso general, a menos que se lave las manos con jabón de uso general seguido del uso de ABHR. Las prácticas de higiene de manos en dos pasos son más complejas que las prácticas de un solo paso y puede ser más difícil para el personal lograr un cumplimiento constante y, por lo tanto, son menos preferidas que los procesos de un solo paso, pero ambos enfoques pueden reducir el riesgo de manera aceptable.
Los empleados que participan en actividades de alto riesgo deben revisar sus actividades laborales con determinaciones hechas para realizar la higiene de manos antes o después de ciertas actividades. Los modelos, como Mis Cinco Momentos de Higiene de Manos de la OMS (OMS, 2009), son un excelente ejemplo de cómo vincular las actividades del personal de atención médica a los momentos en que se debe realizar la higiene de manos. Las instalaciones comerciales de alimentos deben implementar de manera similar un modelo que especifique cuándo el personal debe realizar la higiene de manos en función de los momentos en que el riesgo de transmisión de patógenos puede interrumpirse al realizar la higiene de manos. Puede encontrar un ejemplo de un modelo para la higiene de manos en instalaciones comerciales de alimentos en el Código de alimentos modelo de la FDA (2017), 2-301.14 (Cuándo lavar).
La higiene de manos puede prevenir la transmisión de microorganismos patógenos. Mantener las manos limpias es una parte importante de la higiene ambiental en una amplia gama de entornos comunitarios y comerciales. Este documento revisa la evidencia clave sobre la higiene de manos y las recomendaciones de Diversey para la higiene de manos en entornos de mayor riesgo, como un entorno comercial de alimentos o de atención médica.
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