Los profesionales de la salud saben que la innovación tecnológica es clave para hacer realidad la visión donde el paciente está en el centro de todo.
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Es así como se incorporan nuevos métodos para agilizar los diagnósticos y tratamientos. Sin embargo, no sucede lo mismo con la adopción de nuevas prácticas y tecnologías por parte de las áreas de gestión de suministros, lo que dificulta que los insumos y medicamentos estén disponibles para los profesionales de la salud -y finalmente para el paciente- en la cantidad, calidad, tiempo y costos adecuados.
Ya en el nuevo milenio, los líderes de las empresas de salud comenzaron a “mirar de otra manera” la gestión de los hospitales y clínicas, entendiendo que también los procesos de planificación de demanda, compras, logística, almacenamiento y entrega necesitan modernizarse y, principalmente, digitalizarse. Todo esto, orientado a lograr mejores negociaciones: menores precios, plazos de pago más largos y tiempos de entrega más cortos; sin olvidar que los proveedores también buscan negocios más rentables.
En su conjunto, ésa será la gran premisa para el 2024, acompañada de algunas tendencias que permitirán esta transformación:
Cinco tendencias para la gestión de entidades de salud en el 2024
1. Interoperabilidad y uso de métodos integrados y colaborativos
En busca de mayor eficiencia y digitalización, las soluciones de interoperabilidad establecen un punto de encuentro entre las instituciones y los proveedores para que todos los productos puedan llegar a los pacientes en tiempo, forma, cantidades y costos adecuados.
Vale destacar que la interoperabilidad no elimina el trabajo de campo del proveedor, que siempre debe demostrar su capacidad logística, cumplir con lo pactado y estar atento al proceso postventa. La ventaja de la integración digital está en que hace todo más ágil, fácil y seguro, lo que crea una valiosa “experiencia de fidelidad” entre proveedor y comprador.
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2. Digitalización de datos y procesos
Existen herramientas tecnológicas que participan cada vez más en el diagnóstico de los pacientes, permitiendo sistematizar la información y tomar mejores decisiones en menor tiempo. Lo mismo sucede con la cadena de abastecimiento: la planificación de demanda, las compras, recepción y entrega pasarán de los formatos offline (libros, cuadernos, hojas manuales de Excel) a apoyarse en plataformas que digitalizan la información, automatizan las cotizaciones y las compras, la gestión de contratos, entre otras cosas, centralizando el proceso de forma segura y eficiente.
Por ejemplo, en el Marketplace de Bionexo, el comprador publica en la plataforma los productos que necesita, cientos de proveedores reciben la solicitud y cargan sus ofertas. El comprador recibe todas las cotizaciones ordenadas de menor a mayor precio, con las condiciones comerciales y la documentación necesaria de los proveedores para cada categoría de producto ofrecido; entonces, solo le queda analizar y elegir la propuesta más adecuada a la necesidad de su institución para, finalmente, agregar al carrito de compras como sucede en cualquier Marketplace. Es así como disponen de una cantidad de información que no tienen en el proceso offline, y que es casi imposible alcanzar en el método tradicional.
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3. Incorporación de modelos VMI (Vendor Managed Inventory)
Se trata de una metodología de trabajo colaborativo que busca fortalecer la relación comercial entre las instituciones de salud y sus proveedores, estableciendo un “gana-gana” basado en la optimización del proceso de planificación y reposición de inventario. En este modelo las instituciones comparten la visibilidad de consumo y los niveles de inventario con sus proveedores aliados, quienes realizan la reposición de manera mucho más eficiente, respetando los niveles de inventario parametrizados.
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4. Aplicación de tecnología RFID (Identificación por Radio Frecuencia)
Esta tecnología es una combinación de software y hardware. Por una parte, utiliza etiquetas inteligentes que emiten radiofrecuencia y que son ubicadas en los productos. Posteriormente, una serie de equipos realizan la lectura, capturan la información y la transfieren a un software.
A través de este proceso se garantiza que los activos estén en el lugar, en la cantidad y el momento adecuados. Además, facilita el proceso de inventariado y mejora la seguridad en la administración de los medicamentos y el uso de los dispositivos médicos.
Todo esto, minimiza errores y reduce costos, pues, aunque “la salud no tiene precio”, sí tiene costo, y esos costos deben gestionarse de la forma más eficiente posible.
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5. Analíticos predictivos, Inteligencia Artificial (IA) y Machine Learning
A partir del uso de datos actuales e históricos, algoritmos estadísticos y técnicas de machine learning es posible identificar patrones y elaborar predicciones en el menor tiempo. Estas herramientas son fundamentales para analizar el mercado, establecer tendencias en la demanda, en los costos, y variables de consumo. Al prever escenarios es posible optimizar los niveles de inventario y el uso de los productos, impactando directamente en la planificación estratégica y en la vertical de gestión de riesgos.
Por otra parte, esta herramienta promueve negociaciones más informadas, al comprender las tendencias del mercado, y mejora la capacidad de respuesta ante los cambios inminentes que pueda tener el sector. Junto con la IA se obtiene velocidad y precisión superiores en el análisis de los datos, lo que ayuda a una mejor planificación y negociación en la compra de insumos.
Es así como la tecnología promete seguir transformando el mercado de la salud, promoviendo una gestión más eficiente, con menores costos y que al final del día se ve refleja en la asistencia al paciente.
Fuente: www.revistasaluddigital.com