En este mundo digital, nos asombrábamos como se hablaba de conceptos como Virus, hacker, Troyanos, Ransomware, lenguaje que estaba muy ajeno a nuestro día a día, pero pasaron 20 años y jamás se pensó que la plataforma de compras públicas al cumplir sus 20 años, su infraestructura tecnológica sufriría este tipo de ataques cibernéticos, informada en página de SCIRT (ver sitio).
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Estimados lectores, esperando que se encuentren bien, a la fecha en la cual estoy escribiendo esta columna de opinión, la página de compras públicas aún se encuentra prestando servicios de forma intermitente, y para todos los que la leen, siempre he intentado mantener una línea objetiva de lo que ocurre en la compra pública chilena. La verdad que pensé mucho si en esta columna hablar sobre el ataque sufrido a la infraestructura tecnológica donde se encuentra la plataforma de compras públicas chilena, para ello le dedicare estas líneas, porque están ocurriendo muchas cosas, pero sin lugar a dudas este es el acontecimiento más importante en este mercado.
En primer lugar, nadie está libre de sufrir este tipo de ataques cibernéticos, no lo quiero justificar, sin embargo, debido a la gran cantidad de transacciones que se realizan a través de esta plataforma, el efecto que esto trae es realmente importante, debido que deja a compradores y proveedores, en un estado de incertidumbre de cómo se deben realizar las compras por parte del Estado y las Ventas, por parte de los proveedores.
En segundo lugar, llama la atención que después de una cantidad importante de horas, comenzaron los primeros comunicados proporcionando cierta orientación de cómo los organismos públicos, debían proceder para enfrentar esta emergencia, pero lo más lamentable es que no se entregaron luces, de cuando esto terminaría.
En tercer lugar, la falta de entrega de información clara de cómo proceder, solo genera más incertidumbre, sobre todo en la trazabilidad de un procedimiento de compra que se encuentra en distintos estados, por ejemplo, las licitaciones que estaban publicadas en el sitio. Esto nos hace preguntarnos que sucederá con la etapa de preguntas, respuestas, visitas a terreno, cierre de las ofertas, adjudicación, entre otras.
Finalmente, en mi opinión, se deben mejorar los protocolos de comunicación a los distintos actores que operan en este sistema, para efectos que cuando ocurran este tipo de vulnerabilidades, todos estemos muy claros como proceder, porque nadie está seguro de que esto no vuelva a ocurrir. El aprendizaje de todo este incidente, es que tan preparados estamos para que la compra publica no se paralice y pierda su objetivo principal que es la transparencia y probidad.
Estoy seguro que las personas que realizan este tipo de actos, no entienden el daño que provocan sobre todo a las pequeñas empresas que sin lugar a dudas, sufrirán una disminución en sus ventas, y por ende en sus flujos de caja, y no quiero referirme a los efectos en cuanto a números que esto generará, porque habrá tiempo para que se realicen los estudios necesarios, los que entregaran cifras del impacto, y de esta forma corregir, lo que se dejó de hacer para minimizar los riesgos de este tipo de actos.
Creado por Carlos Campos Parra, Gerente General de CGCE