Hace dos semanas que Rusia inició su invasión a Ucrania y en esos mismos días los precios de las materias primera han presentado una escalada sin precedentes que, por cierto, ya comenzaron a golpear a Chile.
Son tres los principales frentes que preocupan a las autoridades e industrias nacionales, dado el perjuicio económico que esto ya ha comenzado a generar dada las alzas de precios de diversos productos, en tiempo en que la inflación está golpeando duro.
Primero, el petróleo, cuyo precio internacional ronda los US$130 el barril, lo que a partir de esta semana comenzará a repercutir en alzas del valor de las bencinas a nivel local. Un segundo factor relevante es lo que sucede con el trigo, que ha estado tocando niveles históricos, lo que probablemente se traducirá en el encarecimiento de alimentos básicos a base de ese cereal, como el pan.
Y un tercer foco sensible para el bolsillo de los chilenos es lo que está ocurriendo con el precio internacional del gas. Los futuros del gas natural intradiarios en Europa han aumentado más de un 125% desde inicios de año alcanzando un valor de US$225 por MWh, y es que el viejo continente es altamente dependiente del gas ruso y los intentos por aislar la economía de Moscú no juegan a favor de su precio, sumado a la prohibición de Estados Unidos de importar este hidrocarburo desde Rusia.
Los efectos también han recalado en los mercados internacionales de mediano plazo, donde el precio del has para el periodo de invierno europeo de 2023 ronda los US$130 por MWh, lo cual es un reflejo de las expectativas del mercado que continuará en las condiciones energéticas estrechas.
Rusia es el país con la mayor reserva de gas del mundo y es el segundo mayor productor de todo el globo. Es un actor realmente relevante, pero que, sin embargo, prácticamente no interactúa con Chile, lo que no quiere decir que la situación no tenga repercusiones en territorio nacional.
Del total de la oferta de gas natural en Chile, cerca del 80% es importada, lo mismo para el gas licuado de petróleo. ¿De dónde viene? El gas natural principalmente de Estados Unidos y Trinidad y Tobago que llega a través de buques especializados en los terminales de Mejillones y Quinteros, y también desde Argentina por medio del gasoducto que existe entre ambos países. El gas licuado, en tanto, su mayor parte proviene de Estados Unidos y Argentina, según la Comisión Nacional de Energía (CNE).
El gas natural es un elemento relevante en la matriz energética del país. Un 16% de la oferta proviene de esta fuente, mientras la capacidad instalada asociada a este hidrocarburo es de un 18% del total del Sistema Eléctrico Nacional.
Según explicó a Emol Francisco Muñoz, director de Estudios de Generadoras de Chile, los impactos del conflicto entre Rusia y Ucrania a nivel nacional están principalmente asociados a las alzas en los precios de combustibles fósiles, «los cuales pueden tener incidencia en los costos marginales del sistema del mercado mayorista de energía eléctrica. En dicho mercado, las empresas generadoras intercambian energía día a día en base a los costos marginales del sistema».
Dicho eso, aclaró que «cambios en estos costos no tienen efectos directos en la tarifa eléctrica del cliente final».
«En el caso de los consumidores residenciales, el posible impacto de un alza en los precios de los combustibles es muy acotado. Esto es así porque las tarifas eléctricas de este segmento están cubiertas por contratos de largo plazo, los cuales ‘protegen’ a los usuarios de esas variaciones con tarifas que no dependen directamente de los costos marginales del sistema o de los precios de los combustibles», acotó.
De todas formas, la situación ya está teniendo un impacto en las familias. Juan Ortiz, economista senior del Observatorio del Contexto Económico de la U. Diego Portales, «el balón de gas licuado de 15 kilos ha aumentado $500 en la última semana y se estima un alza de $1.000 en las próximas semanas».
Es decir, esto ya está repercutiendo de forma importante en los precios el gas, considerando que, según la Fiscalía Nacional Económica (FNE), del total de gasto en servicios básicos, los hogares gastan un 19% y 13% en balones de gas y gas natural, respectivamente.
Y es probable que los presiones en el mediano plazo continúen presionados. El economista de la U. de Chile, Óscar Laderretche, comentó a Cooperativa que espera que «en muy poco rato más» países como Alemania o Italia, muy dependientes del gas ruso, comiencen a «construir más capacidad portuaria para transportar gas por mar. El problema es que ahí van a empezar a comprar has en el mismo mercado que nosotros, entonces se nov a a empezar a encarecer el gas a nosotros».
«Eso es lo que va a empezar a ocurrir en el mercado del gas durante los próximos años como resultado de esta crisis», manifestó.
¿Oportunidad para Chile?
En todo caso, el panorama no es tan oscuro, dado que, según los especialistas, la crisis energética por la que pasa Europa, profundizada por el conflicto bélico en Ucrania, podría representar una oportunidad para Chile.
«A veces estas crisis sirven para acelerar procesos que iban a ocurrir», comentó Landerretche. «Lo que yo creo que va a ocurrir en el mediano plazo con esto es que se va a pegar una aceleración muy grande a las tecnologías de generación solar, de viento, etc. Todo lo que es la electromovilidad, porque ya es una necesidad estratégica para los europeos, y si los alemanes, los italianos, los españoles, los franceses, aceleran en eso, esas tecnologías van a dispararse y esto es una oportunidad para Chile». agregó.
En esa línea, Ortiz coincidió en que «la reducción de la dependencia energética de Europa de Rusia llevará a una aceleración del proceso de transición hacia las energías renovables. Las oportunidades para Chile se concentran en varios aspectos».
«El primero es el impulso en investigación y desarrollo para optimizar la eficiencia de dichas tecnologías, lo cual puede mejorar los procesos para este tipo de energías en chile. Por otra parte, una mayor demanda proveniente de Europa de este tipo de energías permitirá un mayor impulso hacia una mayor producción y exportación de hidrogeno verde hacia Europa», añadió.
Mientras que Muñoz, de Generadoras de Chile, expuso que «sin duda, el conflicto bélico, junto con el posible reordenamiento de factores geopolíticos asociados a los mercados de energía, tendrá un profundo impacto en el desarrollo futuro de los sistemas de energía de varios países en el mundo». «En el largo plazo las interrupciones de suministros y alzas de costos podrían implicar una aceleración de la transición a energías renovables, la incorporación del almacenamiento y la competitividad del hidrógeno verde como combustible de reemplazo», acotó.
Por ello, concluyó que «en este escenario, se hace aún más necesario continuar impulsando las condiciones habilitantes para la transición energética como una mayor capacidad de transmisión, flexibilidad y almacenamiento que viabilicen la integración masiva y eficiente de más generación renovable, no sólo por la importancia en la transición energética, sino también en mejorar la resiliencia energética de Chile ante situaciones geopolíticas como esta guerra».
Fuente: Emol.com