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Hola. Rocamora al habla. teclado. Hoy quiero confesar, como la Pantoja, que estoy algo cansado de que mucha gente me pregunte si una fuente de contenido o una publicación que ven en las redes sociales es fiable o no a la hora de retuitear, difundir o compartir, especialmente desde perfiles profesionales o páginas de empresa. Así que me he engrasado las anquilosadas articulaciones de mis dedos y me he puesto al tajo para escribir la Guía Definitiva Para Detectar las Fake News con la que espero, por fin, obtener mi propia entrada en la Wikipedia, que ya va siendo hora. Y un huevo duro, ya puestos.
Así que antes de que la incapacidad de saber qués es real y qué no lo es nos hunda en una crisis existencial que dejaría a Hamlet como una persona muy segura de sí misma, veamos si somos capaces de separar el trigo de la paja sin esperar a que los súper-tacañones vengan a sacarnos las castañas del fuego ( lo siento por los milennials que tendrán que buscar la referencia a los súper-tacañones en la Wikipedia)
Vamos a distinguir dos apartados: las fake news en sí mismas, concebidas para provocar un cambio de opinión en la sociedad o una corriente de simpatía o antipatía hacia una empresa, un gobierno, una institución o una persona, y los trucos del almendruco pensados para intentar engañar a los algoritmos (principalmente el de Facebook).
Fake news: Cuando las cosas no son lo que parecen
La gran dificultad de las fake news es que tienen apariencia de verdad. Pueden venir de un medio de comunicación controlado por oscuros intereses o pueden surgir “espontáneamente” y transmitirse de forma viral. Normalmente tienen temáticas muy determinadas, que podemos agrupar en bloques:
- Políticas: Relacionadas con la vida privada de personajes políticos, con supuestas declaraciones públicas que un político ha realizado (a veces acompañadas de fotos o vídeos fuera de contexto).
- Internacionales: Revelan supuestos documentos confidenciales o secretos sobre gobiernos extranjeros relacionados con comportamientos ilícitos, espionaje, o utilizan fotos de otros países o situaciones para ilustrar supuestos sucesos que están ocurriendo y que no son ciertos o están siendo exagerados intencionadamente.
- Gubernamentales: Revelan supuesta información confidencial sobre planes del gobierno para crear supuestos nuevos impuestos, o recortar derechos o beneficios sociales, o sobre actuaciones ilegales.
- Relacionadas con empresas o productos: Revelan supuesta información oculta sobre la peligrosidad o falta de garantías de ciertos productos de alimentación, farmacéuticos, cosméticos, etc, generalmente de gran consumo.
- Personales: Campañas de desprestigio hacia personajes relevantes del ámbito público, desde actores a deportistas o en cualquier otro ámbito, no necesariamente nacional (también hay fake news locales).
Así pues, la primera señal de alarma es el hecho de recibir una noticia supuestamente relevante que NO está en los medios de comunicación. Piensa una cosa: los profesionales de la información son eso, profesionales. ¿Qué te hace creer que iban a callarse una ‘noticia bomba’ que pudiera ser cierta?
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Además de esas temáticas concretas, las fake news tienen una serie de características que las distinguen:
1.Es muy difícil discernir el origen
La persona que nos la reenvía o la comparte la ha recibido por el mismo modo. Son las típicas noticias en Facebook que han sido compartidas cientos o miles de veces.
2. Suelen ir acompañadas de comentarios que vienen de perfiles falsos
Los perfiles falsos suelen estar abiertos, no tener ningún tipo de información personal y o bien no tener fotos de cara o bien tener fotos de modelos, además de otras características que analizaremos con detalle en otra publicación.
Esos comentarios confirman la validez de la información sin citar ninguna fuente (“a mí me ha pasado”) o alimentan una espiral negativa (no volveré a comprar esta marca/no volveré a ir a esta tienda/acabo de tirar a la basura mi maquinilla de afeitar).
3. La información no es contrastable
No se citan fuentes, en muchos casos tampoco tienen fecha y una búsqueda en Google nos llevará a muchas webs extrañas o desconocidas que están difundiendo esa información, ninguna de ellas citando fuentes o con un mínimo de credibilidad. Otras veces se menciona a estudios realizados por universidades que no existen o que jamás han publicado tal estudio.
4. Tienen una clara intencionalidad negativa
Rara vez hemos visto fake news en positivo.
Pueden servir para apoyar idearios políticos o difundir teorías falsas (por ejemplo, que la mayoría de ayudas estatales se destinan a los inmigrantes, o que el Gobierno ya tiene preparado un plan para que todas las autovías sean de peaje) o pueden intentar perjudicar la reputación de un producto o una marca; por ejemplo que el aceite de oliva del supermercado X se vende como español pero viene de Marruecos, o las típicas fotos photoshopeadas en las que se muestra un producto rebajado que al levantar la etiqueta con la rebaja muestra un precio más barato que el rebajado, eso sí que la marca se vea bien.
O una de mis favoritas, la queja de que “las naranjas del supermercado X vienen de Sudáfrica”… en el mes de julio.
Generalmente instan a realizar algún tipo de acto, o aún más fácil, dejar de hacerlo. Las fake news políticas no pretenden tanto que votes a un partido u otro como que te quedes en casa y no votes. Las empresariales no te piden que compres un producto, sino que dejes de comprar un producto o una marca.
El otro truco: Engañar al algoritmo
Otro tipo que circula típicamente por Facebook: las publicaciones que pretenden ganar difusión engañando al algoritmo de Facebook. De estas hay muchos tipos, pero las que más circulan son de dos tipos concretos:
1.Publicaciones compartidas por amigos que te piden que “copies y pegues esto en tu muro si estás a favor/en contra de” (siempre nobles causas) o que lo hagas si estás pensando en tus amigos o si quieres homenajear a tus padres.
Con añadidos que te retan con frases como “Sé que el 95% de mis amigos no copiarán esto en su muro”. ¿Por qué piden copiar y pegar y no compartir?. Pues muy sencillo: pedir que compartas es muy descarado y copiar y pegar es una forma de engañar al algoritmo de Facebook.
Al Igual que Google, Facebook “lee” lo que publicas y da prioridad al contenido original. Una copia literal que se repite miles de veces hace que Facebook identifique la fuente original y le dé más relevancia, lo que permite a esa cuenta realizar después acciones de publicidad garantizándose una audiencia. O eso creen, porque la gente de Facebook no es tan idiota como para no detectarlo, no olvidemos que la publicidad es de lo que viven.
2. Publicaciones con titulares engañosos que te incitan a hacer clic
Otra forma poco ortodoxa de hacerse publicidad gratis. Me refiero a titulares del tipo “Esta chica iba a cruzar la calle y no te imaginas lo que le ocurrió”, con una imagen que simula ser un vídeo que nos lleva a una página llena de publicidad donde (si somos capaces de ver el vídeo en cuestión) la chica simplemente tropieza. Cosas que no verías, pero que te incitan a ver con un titular que no refleja la realidad. Otra modalidad muy extendida: «Lo que el gobierno no quiere que sepas».
Excepto si te apellidas Villarejo, claro.
Hay muchas otras formas de fake news, pero lo mejor que podemos hacer cuando vemos una noticia supuestamente sorprendente es tratar de contrastar la información. Podemos copiar la foto y hacer una búsqueda por foto en Google para ver si la foto se corresponde con el texto. Podemos buscar esa noticia en fuentes fiables (algo especialmente relevante en el caso de noticias relacionadas con la salud) o, simplemente, podemos leer los comentarios o respuestas, dado que es más que posible que alguien haya detectado el bulo antes que nosotros. Todo menos contribuir a aumentar el ruido y la desconfianza.
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