El calafate, es un arbusto espinoso perenne, de la familia de las Berberidaceae, cuyo fruto es una baya de color azul negruzco, muy parecido al arándano. Se recolecta en el verano y puede consumirse fresco o en mermeladas, jaleas, siropes y licores.
Nativo de la Patagonia, tanto en la argentina como en la chilena, es considerado un superalimento debido a las propiedades que contienen, entre ellas su gran cantidad de antioxidantes – polifenoles y flavonoides- que protegen al organismo del envejecimiento celular.
Esta fruta inmersa en el mundo de la berries, al igual que sus semejantes, también posee un alto contenido de vitamina C y E.
¿Cuáles son sus beneficios?
De acuerdo a los especialistas, y así lo han confirmado varios estudios, el calafate pasó de ser el protagonista de la cocina tradicional de Chile a transformarse en un superberries gracias a sus bondades nutricionales.
Un grupo de científicos de la Universidad de Chile estudió sus propiedades antiinflamatorias y determinaron que la fruta podría reducir el riesgo de diabetes en pacientes con sobrepeso y obesidad.
Además, descubrieron que su ingesta reduciría el tamaño de los depósitos de grasa que se pueden acumular patológicamente, sostiene el sitio web de la casa de estudio.
El calafate no sólo ayudaría a pacientes diabéticos, otras investigaciones han determinado su poder para combatir enfermedades cardiovasculares, entre ellas la hipertensión arterial.
El consumo de la baya también fortalece el sistema inmunológico y mejora la apariencia de la piel. Sin olvidar que contribuye al tránsito intestinal lento, relacionado al estreñimiento o a problemas del sistema digestivo.