Revisa tu despensa: ¿la llenaste con alimentos enlatados desde el comienzo de la pandemia?
¿O eres un acaparador de recibos, que guarda todos los papeles de compra para impuestos o reembolsos?
Probablemente, ninguno de esos hábitos sea una gran idea, advierten los expertos, si quieres evitar productos químicos tóxicos que están relacionados a una variedad de trastornos de salud tanto en niños como en adultos.
Las latas de metal que guardan alimentos y bebidas traen un revestimiento de resina epóxica, el cual está hecho de una familia de productos químicos llamados bisfenoles.
Dentro de ese grupo se encuentra el infame bisfenol A (usualmente conocido como BPA) que se utilizó para fabricar biberones, vasitos para bebés y envases de fórmula infantil hasta que padres preocupados boicotearon esos productos hace una década.
El compuesto químico BPA es un interruptor endocrino que afecta las hormonas del cuerpo, y los fetos y los bebés son especialmente vulnerables. Se ha relacionado con anomalías fetales, bajo peso al nacer y trastornos cerebrales y de comportamiento en bebés y niños, así como con diabetes, enfermedades cardíacas, cáncer y obesidad en adultos. Un estudio incluso encontró disfunción eréctil en trabajadores expuestos al BPA.
La muerte por cualquier causa ahora también puede agregarse a esa lista, según una investigación publicada este lunes en la revista JAMA Network Open.
El nuevo estudio encontró que las personas con niveles altos de bisfenol A en la orina tenían aproximadamente un 49% más de probabilidades de morir durante un período de 10 años.
«Esta es otra pieza del rompecabezas que apela convincentemente a la gravedad de la amenaza que representan estos productos químicos utilizados en revestimientos de latas y papeles térmicos», indicó el autor del estudio, el Dr. Leonardo Trasande, director de pediatría ambiental en NYU Langone Health.
Aunque este es el primer estudio que llega a dicho resultado, «no es necesariamente una gran diferencia desde la perspectiva de lo que podrías esperar que suceda porque esas tres afecciones (obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas) aumentan el riesgo de mortalidad», señaló Trasande.
Está en tus recibos
El BPA es un químico industrial que ha existido desde la década de 1960, y se utiliza para fabricar plásticos de policarbonato ––botellas de agua por ejemplo––, así como resinas que se usan para recubrir y sellar muchos productos.
El BPA y productos químicos “hermanos” se pueden encontrar en envases de bebidas, el revestimiento de alimentos enlatados, selladores dentales, discos compactos, vajillas de plástico, piezas de automóviles, equipos de seguridad resistentes a golpes y muchos juguetes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés).
Hoy en día, el método de exposición más común para las personas es a través de alimentos contaminados por el revestimiento de aluminio en latas y bebidas. El siguiente nivel más alto de exposición es por el papel térmico que se usa para los recibos en casi todas las tiendas, explicó Trasande.
«Definitivamente, decir no a ese recibo de papel térmico es una forma sencilla de evitar la exposición», señaló.
Es muy importante comprender el riesgo de exposición durante la pandemia, agregó el autor, porque los estudios han demostrado que el uso de desinfectante para manos es una puerta de entrada clave para que los químicos los absorba el cuerpo.
«Un estudio encontró que si tienes contacto con estos recibos de papel térmico y usas desinfectante de manos, absorbes bisfenoles casi 10 veces más en tu cuerpo», aseguró Trasande.
Desafortunadamente, agregó, los cajeros de las tiendas que usan mucho desinfectante de manos enfrentan «un momento muy difícil en el contexto de la pandemia».
Por lo general, «durante estos días usan guantes y eso reduce su exposición, considerando todas las cosas», señaló Trasande.»Pero en un mundo ideal, nos cambiaríamos a los medio electrónicos o regresaríamos a los papeles anteriores», completó.
La postura oficial
La Administración de Medicinas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) considera que, según las investigaciones actuales, los niveles de BPA en los alimentos son «generalmente reconocidos como seguros» (GRAS, por sus siglas en inglés).
Según la FDA, el Programa Nacional de Toxicología continúa actualizándose frente las investigaciones sobre posibles daños.
En 2010, el grupo encontró «cierta preocupación» por el impacto en el cerebro y el comportamiento de fetos, bebés y niños, así como en la glándula prostática; «preocupación mínima» cuando se trata de las glándulas mamarias o la pubertad temprana; y «preocupación insignificante» sobre anomalías fetales, bajo peso al nacer o problemas reproductivos futuros.
Sin embargo, una revisión reciente halló que en los últimos cinco años se ha duplicado la evidencia sobre el impacto negativo que tienen en nuestra salud los químicos interruptores endocrinos que hay plásticos, pesticidas, incombustibles y otras mercancías.
Si bien el BPA representó solo una de esas categorías, es el químico sintético más estudiado y se encuentra ampliamente en el tejido humano. Una investigación encontró que beber agua de botellas de policarbonato aumentó los niveles de BPA en dos tercios durante solo una semana. Un informe de los CDC encontró niveles de BPA en la orina de casi todos los adultos estadounidenses.
El Consejo Estadounidense de Química, que representa a las industrias de productos químicos, plásticos y cloro de EE.UU., dijo que el término «interruptor endocrino» fue «mal utilizado ampliamente» y proporcionó la siguiente declaración cuando CNN publicó la revisión de la evidencia:
«Para mantenerse por debajo de los rangos de exposición determinados como seguros, los consumidores deben leer atentamente las etiquetas de los productos y seguir las instrucciones con atención. Algunas exposiciones no producirán ninguna respuesta, mientras que otras pueden provocar respuestas temporales a las que el cuerpo puede adaptarse naturalmente y mantener su estado normal función. El enfoque principal debe ser la prevención de sobreexposiciones para evitar posibles riesgos para la salud».
Aumento en la familia de los bisfenoles
Aunque actualmente se pueden encontrar muchas botellas y recipientes de plástico libres de BPA, los expertos de seguridad ambiental y de salud dicen que los químicos que los han reemplazado pueden ser igualmente perjudiciales.
Esto se debe a que todavía pertenecen a la misma «familia de los bisfenoles» y parecen tener la misma reacción química en el cuerpo.
«Utilizo un ejemplo sobre el cantante Prince para explicarlo», dijo Trasande. «Prince se renombró a sí mismo como el artista que antes se llamaba Prince. Así que lo llamo el artista antes conocido como BPA. Y hay 40 reemplazos de BPA ahora», señaló.
Desafortunadamente para los consumidores, agregó Trasande, la ciencia debe repetir los estudios sobre cada uno de esos 40 reemplazos del BPA para establecer los efectos que tienen sobre la salud, aunque es probable que el cuerpo responda de manera similar a cada uno.
«Siempre hay un retraso, pero mientras tanto, la gente sigue expuesta», advirtió Trasante. «Y tienes que preguntarte por cuánto tiempo más tendremos que hacer esto antes de que se empiecen a regular los productos químicos por clase».
¿Qué puedes hacer?
«Si evitas el consumo de alimentos enlatados, evitas la principal fuente de exposición al bisfenol», explicó Trasande.
«Ahora la alternativa a las frutas y verduras enlatadas son las frutas y verduras frescas o congeladas, y creo que hay algunos problemas de acceso durante la pandemia. y la existencia de desiertos alimentarios para ciertos grupos económicamente desfavorecidos. Eso debe abordarse», agregó.
Otras formas de protegerte a ti y a tu familia si te preocupa la exposición al BPA y sus productos relacionados son:
- No calentar en el microondas alimentos dentro de recipientes plásticos.
- Preferir el vidrio o el acero inoxidable, en lugar del plástico, al comprar y almacenar alimentos.
- Comprar alimentos secos, frescos o congelados si puedes (las bolsas de plástico en los alimentos congelados no son una preocupación, dijo Trasande, siempre y cuando no los pongas en el microondas)
- No uses detergentes fuertes ni laves plásticos en el lavavajillas
- Evita los recibos de papel térmico: opta solo por recibirlos a través del correo electrónico
Y ten la seguridad de que un estudio descubrió que solo unos días después de eliminar los productos similares al BPA en tus rutinas, se reduce la cantidad de BPA en el torrente sanguíneo.