En un escenario de mayor circulación y libertades individuales, las restricciones en estos inmuebles también han debido flexibilizarse. Hoy, analizan el comportamiento de los residentes, y también sacan en limpio los aprendizajes.
A las 05:00 horas del pasado lunes comenzó la fase de «Transición» -del plan Paso a Paso del Gobierno- en las comunas de Santiago y Estación Central, situación que contó con preparativos por parte de alcaldes y autoridades sanitarias, y que da paso a mayor movilidad de las personas de lunes a viernes, aunque con confinamiento obligatorio los fines de semana.
En ese contexto, las calles y el comercio fueron el foco de atención para evitar aglomeraciones que puedan propagar el virus, pero también debieron adaptarse los lugares donde mayoritariamente la gente reside en estas comunas: los edificios, torres de hasta 30 pisos que albergan a cientos de familias.
Estos ya se habían preparado para la cuarentena, con estrictas medidas desde las administraciones, y junto con sanitizar y evitar el contacto a menos de un metro de distancia, también aplicaron control en los accesos a visitas -en muchos casos se prohibió- y también el ingreso de delivery.
Emol recogió las percepciones de administraciones que tienen presencia en ambas comunas. Hoy, con más libertades en la semana, los administradores observan el comportamiento de las personas, evalúan sus propias medidas, y sobre todo, analizan las que «heredaron» de esta pandemia, y que debieran continuar de manera indefinida.
Espacios comunes cerrados, pero mayor frecuencia de sanitización
«En los edificios aún se están manteniendo los espacios comunes cerrados como gimnasios y espacios de recreación nocturna», dice David Peña, cofundador de Comunidad Feliz, con edificios en ambas comunas.
Desde Effes Administradores -también con presencia en Santiago y Estación Central- han tenido el mismo sistema: «Los espacios comunes siguen cerrados, tanto áreas de asados, piscinas y gimnasios ya que la normativa sanitaria indicada no lo permite, además que si se abrieran, no habría una forma de certificar de manera adecuada quienes asisten o acuden estas instancias», dice Nery Lee Fokes.
Además, ambos dicen mantener gastos en concepto de sanitización y elementos de protección para los trabajadores. De hecho, Lee sostiene que ha sido un tema complejo, pues se ha requerido aumentar la frecuencia en la limpieza, a raíz del mayor flujo de personas circulando.
Otra medida que continúa vigente es para los ascensores, «donde se restringe que sólo puedan haber 2 personas máximo, lo que ha hecho que los edificios más altos experimenten colas largas a la espera de tomar los elevadores. Son medidas que se mantienen debido al virus pero que pasaban más desapercibidas mientras la comuna estaba en cuarentena, ahora se notan mucho más».
Al menos desde Effes Administradores, continúan solicitando que las personas covid-19 positivas informen sobre su estado de salud, aunque esto no es obligatorio por ley. Esto, dicen, para «poder tomar medidas adicionales de higiene para proteger a los trabajadores y residentes. Esta información es y será siempre tratada con absoluta confidencialidad, se adopta para evitar el contagio de todos los residentes y poder disponer de mejor forma de los desechos domiciliarios».
Visitas aumentaron cerca de un 30% y hay más «eventos sociales»
Un aumento general de hasta un 30% calculan desde Comunidad Feliz, al menos en lo que respecta a la comuna de Santiago, con marcada presencia en las tardes, pasadas las 18.00 horas. «Esto nos indica que las familias están empezando a reunirse más y quizás visitas sociales entre amigos también están volviendo a ocurrir», dice Peña.
Lee también ha percibido esta tendencia en los edificios que administra, lo que ha llevado a que se haga una revisión del acceso de personas a los edificios mucho más exhaustiva, con un control más estricto.
«Se les pregunta a las personas a qué departamento van, desde dónde provienen, y una proyección de tiempo de estadía. Los estacionamientos de visita se han vuelto a habilitar, pero con consideraciones de tiempo. No obstante, se ha aligerado el concepto de cobro de multas por estar más tiempo del contemplado (de 3 a 5 horas dependiendo del edificio) ya que entendemos que por el toque de queda, hay veces que ocurren situaciones inesperadas».
Los eventos sociales también han presentado un aumento, dicen los administradores, y en este sentido, reconocen que los conserjes no tienen todas las herramientas para controlar este tipo de situaciones, aunque intentan mantener a raya los ruidos molestos, y el respectivo registro.
«Los conserjes no tienen muchos elementos para controlar esto, por ahora son las autoridades como seguridad ciudadana y la policía los que están fiscalizando. Ellos tienen la orden de llamar a la autoridad si hay ruidos molestos o algún indicador de eventos que rompan la regla, pero siempre son difíciles de fiscalizar. Hoy, el conserje no puede detener a las personas que van a visitar un departamento, aún cuando se note que están rompiendo la regla de las 10 personas», dicen desde Comunidad Feliz.
Por eso, han buscado alternativas, como el registro de las entradas en los edificios, para que queden en la nube. «Por lo que si el comité tiene la facultad de impartir multas por infringir la norma, pueden hacerlo de manera digital e inmediata», dice Peña.
Las medidas que «se quedarán»
Desde la administración de Comunidad Feliz, destacan varios aprendizajes, y el primero tiene que ver con un aspecto clave a la hora de entregar mensajes y disposiciones a los residentes: el flujo de la comunicación y el gran respaldo que brindan las herramientas digitales para facilitarla.
«La comunicación de administradores, comités y residentes, aumentó en un 400% de manera digital. Si antes en Comunidad Feliz se registraban 3 mensajes al mes, ahora se están registrando 12. Sobre todo acerca de las decisiones que se están tomando, como la cancelación de los intereses para los deudores, el aumento de los gastos de sanitización e información de la pandemia en la comuna», sostiene Peña.
Una situación similar se puede observar en el pago de los gastos comunes en línea, que hoy registra un aumento considerable. Lamentablemente los administradores antes de la pandemia aún tenían que recibir cheques o efectivo, hoy hemos visto que estas prácticas están siendo eliminadas completamente. En ComunidadFeliz.cl entregamos un portal para que el gasto común pueda ser pagado con tarjeta de crédito o débito, su utilización también ha subido bastante», indica.
Otro aspecto que se pretende dejar instaurado son las asambleas remotas, aplicadas en esa comunidad desde el primer día de la cuarentena, y que también fue propuesta como Ley, donde actualmente está en el Senado en tercer trámite. «Si se aprueban las asambleas remotas, sería genial ya que incluso sin pandemia, es muy poco factible que 200 vecinos se reúnan para tomar decisiones. En Comunidad Feliz tienen conectadas las votaciones y las asambleas remotas, es muy práctico y cómodo, además se pueden grabar para que quede el respaldo», concluye Peña.
Fuente: Emol.com