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El informe “Chile Come Sano” realizado por Jumbo y GFK Adimark reveló que el 69% de los chilenos piensa que alimentarse bien es muy difícil. Por otro lado, el 25% de los hombres y mujeres prefiere cocinar en la casa para conseguir una dieta balanceada. Este hábito se presenta con más fuerza en millennials y segmentos altos.
El estresante estilo de vida actual, los extensos horarios laborales y la escasez de tiempo, han llevado a los chilenos a alimentarse con comida comprada al paso, en patios de comida, fuentes de soda, o restoranes. Sin embargo, el creciente interés por alimentarse saludablemente además del objetivo de ahorrar dinero estaría revirtiendo esta tendencia. Hoy los chilenos están optando por la comida casera.
El número de chilenos que intenta llevar una alimentación saludable alcanza un 65%, lo que significa un aumento de un 4% respecto de 2017, según el Estudio “Chile Come Sano” 2019, elaborado por Jumbo y GFK Adimark.
La asociación entre los conceptos “comida casera” y “alimentación saludable” crece de manera importante, pasando de un 23% en 2017 a un 39% en 2019.
De acuerdo con el estudio, entre los hábitos que se han incorporado para llevar una alimentación saludable, un 50% de los encuestados asegura que prefiere alimentos más naturales, sin químicos, bajos en sodio y azúcar; un 46% se preocupa de comer todos los días frutas y/o verduras; y un 30% trata de comer más en su casa y menos afuera.
“El estilo de vida de los chilenos, principalmente en las grandes ciudades, con largos tiempos de traslado y muchas horas dedicadas al trabajo fuera de la casa, nos han llevado a destinar cada vez menos tiempo a las actividades domésticas. El estudio Chile Come Sano nos muestra un cambio en este sentido, que seguramente tiene que ver con la mayor conciencia de lo importante que es controlar las porciones y los ingredientes de lo que comemos, lo que puede hacerse de mejor manera cuando cocinamos en casa”, explica Catalina Correia, directora de Marketing de GFK Adimark.
El hábito que más crece en los últimos tres años es el de “cocinar más en la casa”, que subió de un 18% a un 25%. En términos generacionales y de grupos socioeconómicos, los millennials y los segmentos altos son los que más prefieren preparar sus comidas en su propio hogar, aumentando un 4% y 9%, respectivamente.
“La promoción de hábitos de vida equilibrados y de una alimentación saludable. En el entendido que esto no solo implica la opción de consumir productos ´bajos en´, o ´libres de´, sino que en la posibilidad de que nuestros clientes accedan a diversos productos que son parte fundamental de una dieta balanceada”, afirma Rodrigo Sahr, gerente de Marketing de supermercados Cencosud.
La comida casera mejora la calidad de vida (y no es cara)
Si bien el porcentaje de chilenos que intenta alimentarse saludablemente crece de forma considerable, el Estudio Chile Come Sano advierte que el número de personas que considera que es difícil alimentarse saludablemente se incrementa en la misma medida, pasando de un 64% en 2018 a un 69% en 2019.
El dinero sigue siendo el primer obstáculo que advierten los chilenos para alimentarse saludablemente. Consultados sobre cuáles son los principales problemas que se enfrentan para comer sano, la razón principal es “tengo poca plata”, la que aumenta de un 25% en 2017 a un 35% en 2019. La segunda causa es “tengo poco tiempo”, que pasa de un 16 a un 19%.
Tomando como referencia una dieta balanceada de 1.600 calorías que considera desayuno, colación am, almuerzo, once y comida, una persona podría alimentarse en base a comida casera por poco más de $4.500 pesos diarios.
“La preparación y consumo de comida casera está asociada a la salud y bienestar, ya que permite calcular mejor la cantidad de alimento que consumimos, escoger productos más naturales, y adicionalmente puede representar una instancia de reunión para la familia. De esta forma, se puede controlar el peso y lograr un estilo de vida más saludable”, afirma la nutricionista Carla Barnes, directora de Nutrir Sano.
Si bien los requerimientos nutricionales en cada persona pueden variar de acuerdo a factores como la edad, las enfermedades asociadas, la actividad física, y el estado nutricional, existe una clara tendencia a generar cambios en los hábitos alimenticios con el objetivo de mejorar la calidad de vida.