Los pequeños comerciantes de la app podrán aumentar las transacciones si la aplicación se pone en marcha sus mejoras para ser plataforma ecommerce, pero por otro lado, perderán acceso a información valiosa de sus clientes.
De acuerdo a la información entregada por EFE, experto explicó cómo, en la actualidad, cuando un internauta ve en Instagram algo que le gusta, accede al lugar web de la empresa vendedora y lo añade a su carro de la compra, el comerciante obtiene suficiente información como para «perseguir» a ese cliente mediante mensajes y anuncios personalizados en, por ejemplo, YouTube y Pinterest, entre muchas otras plataformas.
A pesar de ello, si futuramente la totalidad de la transacción -incluso el pago- se encuentren en Instagram, el comerciante perderá acceso a esos datos y sólo podrá volver a dirigirse al cliente con la red social como intermediaria, lo que pasaría a ser más difícil desarrollar su estrategia publicitaria.
A finales de junio, en su primera entrevista pública sobre el futuro de la compañía desde que accedió al cargo, en octubre del año pasado, Mosseri explicó a The Financial Times que su proyecto para la firma es «conectar de forma concienzuda los nodos entre compradores, vendedores y el gran número de influenciadores» de Instagram.
La idea del directivo es que la plataforma de fotografías, que cuenta con unos 1,000 millones de usuarios en el mundo, saque partido de su naturaleza eminentemente visual para ir más allá de su función actual de escaparate para marcas y creadores y pase a ser también una tienda en la que comprar esos productos.