En 2018 Chile registró un gasto social público como porcentaje del PIB de 10,9%, señala el último reporte de la OCDE en esta materia.
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En los últimos 28 años el gasto social público de Chile no solo se ha mantenido, sino que en 2018 se posicionó como el segundo más bajo respecto a otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El promedio OCDE en gasto social como porcentaje del PIB es de 20%, mientras que Chile anota 10,9%, un nivel que se ha mantenido cercano a esta cifra desde 1990. Esto, según el último estudio de la OCDE titulado Actualización de Gasto Social 2019.
En concreto, el reporte mide el gasto social con flujos financieros controlados por cada administración pública como pagos de seguro social y asistencia social. En general, como dice el estudio, muchos de los países de la organización lo mantienen alto.
Fuente: Actualización de Gasto Social 2019 – OCDE.
Impuestos en Chile
Parámetros relativos al gasto social público son medidos por una herramienta del Observatorio del Gasto Fiscal en Chile. La aplicación ¿Cuánto aportas tú al Estado?, permite saber aproximadamente cuánto aporta cada uno por los impuestos.
Un hombre, con un perfil de gasto moderado –sin considerar el consumo de alcohol, cigarro, bebida azucarada y sin automóvil–, cuyo ingreso es cercano al actual salario mínimo ($288.000 redondeados en la aplicación a $290.000), recibe $3.480.000 al año, de los cuales $453.394 aporta al Estado. Esta última cifra considera $121.102 en protección social y $85.102 en salud. El resto se divide en asuntos económicos, defensa, protección del medio ambiente, vivienda y servicios comunitarios, servicios públicos generales, orden público y seguridad, educación, actividades recreativas y cultura.
En total, 45,5% de los impues1tos son destinados a protección social y salud. Las cifras van cambiando en la medida que el ingreso aumenta, por el impuesto a la renta y los parámetros ya mencionados que maneja la herramienta.
Datos que entregan una idea del gasto social público que destina Chile a su gente y que lo posicionan lejos aún del promedio de los países de la OCDE.