Una menor estimación del crecimiento de la región este año presentó la CEPAL por condiciones globales menos favorables.
Un escenario internacional de gran incertidumbre y los riesgos presentados en la economía mundial son, en resumen, los factores que generaron la revisión a la baja del crecimiento de la región por parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En su documento informativo Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe, en el capítulo que habla sobre desafíos y perspectivas para 2019 se proyecta un crecimiento de 1,7%, “fundamentalmente por condiciones globales que se perciben menos favorables”. En tanto, para Chile el pronóstico de crecimiento este año es de 3,3%.
Según los expertos, el mayor riesgo para el desempeño económico de la región “sigue siendo un deterioro abrupto de las condiciones financieras que enfrentan las economías emergentes”. Este año “continuaría la normalización monetaria de los Estados Unidos, a la que se uniría Europa, en un entorno de desaceleración económica a nivel global y una marcada tendencia a la baja”.
Asimismo, sigue la tensión comercial entre los Estados Unidos y China. Con ello, los precios de las materias primas podrían verse afectados negativamente por un aumento de las restricciones comerciales. Por su parte, la desaceleración de China hasta un 6,3% y los riesgos geopolíticos como el proceso del Brexit o la situación de Italia también están en la lista de factores que deprimen las cifras.
Con todo, el producto interno bruto (PIB) de América Latina y el Caribe se ajustó una décima a la baja respecto a las proyecciones publicadas en octubre, debido a que las condiciones globales se perciben menos favorables que entonces, señala el informe.
Cifras que se plantean en medio de un escenario económico desafiante, pero que muestran, después de todo, crecimiento en la región.