Se considera el reforzamiento de la red asistencial y una serie de medidas que apuntan al cuidado en la alimentación, ingesta de alcohol y salud mental.
Esta semana se entregaron los detalles del plan de contingencia de salud pública que se ejecutará durante estas fiestas y que considera, por un lado, el reforzamiento de la red asistencial y, además, una serie de medidas que apuntan al cuidado en la alimentación, ingesta de alcohol y también, al cuidado de la salud mental, informó el Ministerio de Salud.
“Durante estas fechas tenemos un incremento de la demanda cercana al 30% en los servicios de urgencia del país, la cual está dada principalmente por politraumatismos, producto del aumento en los traslados tanto a nivel urbano como regional y también por enfermedades asociadas a intoxicaciones alimentarias masivas, de tipo gastrointestinales y por la ingesta de alcohol, entre otras causales y es sobre esa base que asumiendo que la red asistencial se mantiene durante estos días completamente operativa, hemos reforzado aspectos claves para la atención de las personas”, dijo el subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo.
“Hacemos un llamado, en primer lugar, a disfrutar en familia, al autocuidado y a la vez, en caso de ocurrir algún hecho que afecte la salud de las personas, a hacer un correcto uso de la red, pues frente a un problema de salud, se debe acudir al SAPU o SAR más cercano y en caso de que el problema de salud persista, las personas serán derivadas a un centro de mayor complejidad. Además, hacemos un llamado a la responsabilidad y no hacer llamadas innecesarias al 131, toda vez que según datos 2017, SAMU Metropolitano contestó 617.781 llamadas al 131, de las cuales, el 50% no estaban relacionadas a emergencias o urgencias médicas”, dijo Castillo.
En Chile, durante las celebraciones de fin de año ocurren cuadros gastroentéricos debido al consumo de alimentos y agua, cuyas manifestaciones clínicas varían desde alteraciones gastrointestinales leves y autolimitadas, hasta cuadros de deshidratación y desequilibrio hidroelectrolítico grave, que puede poner en riesgo la vida de los enfermos.
Estos cuadros pueden ocurrir debido la ingestión de alimentos o agua con agentes contaminantes (bacterias o sus toxinas, virus y parásitos), en cantidades suficientes para afectar la salud de quien las consume o, aun cuando los alimentos sean inocuos, son consumidos en exceso.
Entre los factores más importantes que contribuyen a la ocurrencia de enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA), se encuentran el incremento de la temperatura ambiental que favorece el desarrollo de las bacterias en los alimentos y deficientes prácticas de higiene en la manipulación y conservación de estos.
Al respecto, la subsecretaria Daza explicó que es importante que “cuando se consumen alimentos fuera del hogar es fundamental hacerlo solo en locales establecidos, los que deben encontrarse limpios, sin presencia de animales ni acumulación de basura en los alrededores. Además, las personas se deben fijar en que quienes manipulen los alimentos cuenten con delantal, gorro que cubra todo el cabello, y que sus manos y uñas se encuentren limpias. Además, estas personas no deben manejar dinero”, aseguró la subsecretaria, quien agregó que “estos lugares deben contar con baños, los que deben ser gratuitos, encontrarse limpios y tener papel higiénico y jabón disponible”.
Respecto a la preparación y consumo de comidas, la subsecretaria Daza entregó una serie de recomendaciones:
- Lave siempre sus manos antes de preparar y consumir alimentos, especialmente después de manipular carnes crudas.
- Si tiene carne congelada, descongélela en el refrigerador, nunca a temperatura ambiente. Recuerde que no debe volver a congelar un producto que ya fue descongelado.
- Lave verduras, frutas y hortalizas con agua potable, especialmente si las va a comer crudas.
- Mantenga separadas alimentos crudos de los ya cocinados.
- Cocine completamente las carnes, asegurándose que los jugos no tengan color rojo o rosado.
- Refrigere los alimentos que lo requieran
- Refrigere los alimentos cocinados lo antes posible. No los deje a temperatura ambiente por más de dos horas.
- En el refrigerador, guarde las carnes crudas en niveles más bajos respecto de otros alimentos cocinados o listos para el consumo.
- No guarde los alimentos por más de tres días en el refrigerador.