El Estado tiene tres formas de realizar una compra: trato directo, grandes compras y licitaciones. Dentro de éstas últimas se encuentran los Convenios Marco, un tipo de licitación que desde su origen busca reducir la gestión a la hora de adquirir productos/servicios.
Dichos convenios cuentan con un catálogo electrónico donde los productos/servicios adjudicados se encuentran visibles para, incluso, realizar una comparativa y así los compradores elegir en base a sus necesidades.
Sin embargo hace algún tiempo la industria ha debido enfrentar una serie de modificaciones que han generado incertidumbre y desincentivo para participar del Business to Goverment (B2G), ¿por qué?
Tres ejemplos dan respuesta a dicha pregunta: planificación no cumplida, burocracia en la actualización del catálogo y herramientas limitantes. Respecto a lo primero, todos los años se publica cuáles serán los convenios que se abrirán para que nuevos actores ingresen al catálogo, pero dicha programación no se cumple haciendo que al año siguiente veamos en la lista prácticamente los mismos convenios a realizarse.
La burocracia en la actualización de catálogos puede verse a la hora de subir productos al catálogo. En el actual Convenio Marco de Data Center, para subir productos al catálogo las solicitudes tardan a lo menos tres meses en ser respondidas, sin existir garantía que serán aprobados, ¿es eso agilidad?
Y sobre las herramientas limitantes, en los últimos convenios se están solicitando garantías de seriedad de la oferta, que consiste en un documento bancario con montos muchas veces limitante para las empresas más pequeñas, generando desincentivo en la industria y cambiando el paradigma de los convenios marco, generando una barrera de entrada.
El cómo actúa el mercado en relación con los convenios marco, no se está reflejando en el catálogo. Finalmente es necesario señalar que potenciar las compras públicas no solo debe estar orientada a medidas de igualdad y transparencia, sino que deben ir al mismo tiempo avanzando con medidas de actualización. En este siglo XXI el B2G debe considerarse parte del comercio electrónico.